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Inauguramos nuevo blog. Como reza su propio título, desde aquí queremos tratar los trastornos que se pueden dar en la adolescencia. Nuestro objetivo es contribuir a la formación del profesorado que se encuentra en contacto con los adolescentes de forma que puedan detectar dichos trastornos y orientar a las familias y a los propios alumnos sobre qué hacer o dónde acudir.
Hemos realizado un formulario para conocer tus intereses y opinión acerca de nuestro blog. Tu participación nos ayudará a mejorar
Hemos creado un foro que está a vuestra disposición en el que podéis plantear vuestras dudas y compartir información y experiencias con otros profesionales.También podréis encontrar una pequeña ventana de chat en la columna que se encuentra situada a la derecha en la página de inicio del blog. ¡Os animamos a participar!
Si bien antes se pensaba que el abuso y la dependencia de las drogas eran resultado de una “debilidad moral”, en la actualidad se considera que influyen una combinación de factores biológicos y psicosociales.
El cannabis (o marihuana) pertenece a los alucinógenos, los cuales modifican la forma en la que el consumidor percibe el mundo.
Ahora, exploraremos las sustancias que pueden conducir a trastornos por abuso de alucinógenos. En esencia los alucinógenos modifican la forma en la que el consumidor percibe el mundo. La vista, el oído, las sensaciones, el gusto y hasta el olfato se perturban, a veces de formas drásticas, cuando la persona se halla bajo el influjo de drogas como la marihuana y el LSD.
La palabra "opiado" alude a las sustancias químicas naturales de la adormidera de opio que ejercen un efecto narcótico (alivian el dolor e inducen el sueño). En ciertas circunstancias pueden generar trastornos por consumo de opiáceos.
La cafeína es la más común de las sustancias psicoactivas, consumida de forma regular por gran parte de la población. Llamada "el leve estimulante", pues se piensa que es la menos perjudicial de las sustancias adictivas, la cafeína también puede conducir a trastornos por consumo de cafeína.
Cuando piensa en los "adictos", ¿qué imágenes le vienen a la mente? ¿Ve a personas sucias y despeinadas, apiñadas en un viejo colchón de un edificio abandonado, esperando el siguiente jeringazo?, ¿le viene la imagen de hombres de negocios amontonados fuera de un rascacielos de la ciudad en una tarde lluviosa fumando cigarrillos furtivamente? Desde luego ambas imágenes son precisas, pues la nicotina del tabaco es una sustancia psicoadictiva que genera patrones de dependencia, tolerancia y abstinencia comparables a los de las otras sustancias que ya analizamos.
El uso y abuso de las drogas, como las que conducen a los trastornos por consumo de cocaína, tienen altibajos según las modas sociales, los estados de ánimo y las sanciones. La cocaína reemplazó a las anfetaminas como el estimulante preferido en los años sesenta. La cocaína se deriva de las hojas de la planta de coca, un arbusto que da flores, perteneciente a la flora sudamericana.
Aunque el alcohol es un tranquilizante, su efecto inicial aparente es estimulante. Por lo general, experimentamos una sensación de bienestar, se reducen nuestras inhibiciones y nos volvemos más extrovertidos. Sin embargo, si se continúa bebiendo, el alcohol dificulta la capacidad de actuar apropiadamente, se reduce la coordinación motriz (tambaleo, habla atropellada), se lentifica el tiempo de reacción, se reduce nuestra capacidad de emitir juicios y hasta la visión y el oído pueden verse afectados de manera negativa.
Existen diferentes sutancias que pueden causar adicción. Pueden agruparse en cuatro categorías según sus efectos:




