Para poder acercarnos a los trastornos en la adolescencia, lo haremos en primer lugar, partiendo de la definición de trastorno.
Según el DSM-IV-TR, los trastornos son una clasificación categorial no excluyente, basada en criterios con rasgos definitorios. Los autores admiten que no existe una definición que especifique adecuadamente los límites del concepto, y que se carece de una definición operacional consistente que englobe todas las posibilidades. Un trastorno es un patrón comportamental o psicológico de significación clínica que, cualquiera que sea su causa, es una manifestación individual de una disfunción comportamental, psicológica o biológica. Esta manifestación es considerada síntoma cuando aparece asociada a un malestar (p. ej., dolor), a una discapacidad (p. ej., deterioro en un área de funcionamiento) o a un riesgo significativamente aumentado de morir o de sufrir dolor, discapacidad o pérdida de libertad.
Para que la conducta desadaptativa sea considerada como un trastorno es necesario:
• Alta intensidad.
• Alta frecuencia (en función de la gravedad de cada suceso).
• Alta duración.
Por ello se puede afirmar que un problema o un conflicto no es el inicio de un trastorno.